Cómo funcional la inteligencia multifocal

El psiquiatra Augusto Cury desarrollo la teoría que explica cómo funciona la inteligencia multifocal: un postulado sobre el efecto permanente de nuestros pensamientos negativos y cómo frenarlos.

Cuando hablamos de inteligencia multifocal, nos referimos a la teoría concebida por Augusto Cury, un psiquiatra y psicoterapeuta, en la que se explica cómo están construidos los pensamientos y los efectos que esto tiene en nuestro bienestar emocional. Su objetivo es, principalmente, aprender a gestionar la mente de forma constructiva.

La teoría, parte de que nuestra forma de pensar, incluyendo la manera en la que procesamos la información a la que tenemos acceso, incidirá de manera decisiva en cómo nos posicionamos en el mundo. Con base en ello, se producen nuestras actitudes y comportamientos.

De tal modo, comprender este proceso y empleando adecuadamente la inteligencia multifocal, podremos gestionar adecuadamente la producción de pensamientos, lo que derivará en posicionamiento vital más constructivo y enfocado positivamente.

Cómo funciona la inteligencia multifocal

Hay una serie de procesos que se realizan en nuestro cerebro, la manera en que se relacionan estos procesos entre sí da origen a la llamada inteligencia, desde el punto de vista multifocal.

Estos procesos son:

Construcción del pensamiento.
Transformación de la energía psíquica.
Autoformación.

Organización de la memoria, a partir de la historia consciente e inconsciente.

El YO es quien se encarga de dirigir y administrar estos procesos. Es decir, los procesos no necesariamente son autónomos, sino que nosotros podemos ser conscientes de ellos y enfocarlos de manera positiva.

Esto es posible gracias a un análisis crítico, que permite ver los hechos desde diferentes puntos de vista (multifocal). Además, redirigir este proceso nos permite darle un nuevo significado a todo aquello que nos impacta negativamente.

Bases de esta teoría

La teoría de la inteligencia multifocal es una perspectiva filosófica y psicológica, basada en el pensamiento lógico. A partir de éste es posible analizar cómo unos pensamientos aparecen derivados de otros, en cadena (una idea nos lleva a otra). Visto así, podemos intervenir sobre algún eslabón de la cadena, para después generar una inercia.

Intervenimos, por ejemplo, en un pensamiento negativo de la cadena, lo sacamos del carril y lo llevamos a una imagen positiva, que derive en más pensamientos positivos. Si podemos hacer esto —dice la teoría— podemos cuestionar, impugnar y criticar todos los pensamientos perturbadores que llegan a nuestra mente.

Según la teoría de inteligencia multifocal, los pensamientos angustiantes y los sufrimientos anticipatorios solo necesitan cinco segundos para generar una marca en nuestro cerebro. “Dicho registro queda en el córtex cerebral y abre una puerta a las perspectivas destructivas.

Por ejemplo, si tenemos una entrevista de trabajo y pensamos que algo va a salir mal, en solo cinco segundos se construirá una perspectiva en la que empezamos a prever una serie de situaciones negativas, dando forma a emociones destructivas de forma paralela.

Si a esta inercia de pensamiento negativo contraponemos el pensamiento racional, impedimos que se abra esa “puerta” a la negatividad.

Si nos enfocamos a esta experiencia, con el tiempo y la práctica tendremos la suficiente destreza como para impedir el origen del pensamiento negativo, que es el origen de la cadena de malestar. Esto es, se habrá desarrollado positivamente la inteligencia multifocal.

Cómo entrenar la inteligencia multifocal

Augusto Cury, teórico de la inteligencia multifocal, consideró que hacer un pequeño alto y tomar conciencia de los pensamientos que motivan nuestras actuaciones es la clave para comenzar a desarrollar la inteligencia multifocal. A ello le llama Gestión y Administración del pensamiento.

Para entrenar la inteligencia multifocal recomienda:

Relajación en lapsos cortos. Tomar unos minutos para relajar la mente, varias veces a lo largo del día. La conciencia deberá estar en pensar el sentido constructivo de lo que estamos haciendo.
Hacer énfasis en los estímulos positivos. Entrenar la atención para enfocarnos en lo positivo que recibimos del entorno.

Actividades constructivas y recreativas. Este tipo de actividades ayuda a que la mente se torne más flexible y constructiva: cuidar las plantas, leer, escribir, hacer arte, etc.
Descansar adecuadamente. Sabemos, porque en este blog lo hablamos constantemente, del valor del sueño y el descanso para el cerebro. Para tener claridad en los pensamientos es importante tener clara la división del tiempo de trabajo al tiempo de descanso. Respetarlos ambos con la misma relevancia.
Controlar los pensamientos anticipatorios. Estar atentos a las ideas que anticipan futuros imaginarios. El autor dice: “el futuro es para proponer metas o proyectos, no para imaginar situaciones”.
Atender a la calidad del pensamiento. Podemos estar atentos a la irrupción de los pensamientos perturbadores y analizarlos de manera crítica.

Desarrollar la inteligencia multifocal requiere conciencia y práctica constante para reeducar los procesos mentales del pensamiento y, así, poder transformar las emociones destructivas. Con el tiempo, ello podría hacernos tener una vida más inteligente, tranquila, apacible y constructiva.

Neurofeedback para la inteligencia multifocal

Una herramienta que puede ayudarnos a guardar un foco mayor en nuestros pensamientos es el neurofeedback dinámico. Gracias a su trabajo con la neuroplasticidad, puede ayudarnos a tener una mente más flexible que sea capaz de regular su grado de conciencia frente a los pensamientos.

La falta de flexibilidad altera el rendimiento, el humor y provoca estados de estrés, de agotamiento y en muchas ocasiones somatizaciones que hacen el ciclo de no flexibilidad continúe de manera ininterrumpida. Una condición propicia para los pensamientos negativos.