¿Cómo aprovechar tu ansiedad?, presenta una disyuntiva entre vivir un estado de ansiedad funcional que te motiva a encontrar la solución a un problema o una tensión disfuncional que sólo te paraliza.
En su libro La sociedad del cansancio, el filósofo Byung Chul-Han explica que nuestra autoexigencia es cada vez mayor. Buscamos ser más productivos y, es tal nuestro empeño para demostrarlo, que nos llevamos al límite; lo que puede desatar estado de ansiedad funcional que, a la larga, dañan nuestra salud mental sin darnos cuenta.
Si bien la ansiedad es un motivador natural que nos lleva a determinada acción, extralimitarnos puede generar un Síndrome de Burnout (quemado) que habla de un desgaste mental y emocional extremo.
¿Qué es la ansiedad funcional?
Todos, en algún momento de la vida, sentimos ansiedad. Ésta es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. Una respuesta natural del organismo ante una señalar de alarma, que implica la necesidad de actuar, defendernos o huir (un estado sostenido de estrés).
En sí misma, la ansiedad es normal y tiene una utilidad en los procesos adaptativos y de supervivencia: nos protege. Es funcional porque nos hace estar alerta de forma proactiva, actúa como una palanca que nos empuja hacia la solución de conflictos y genera motivación.
Sin embargo, la presión social por ser más productivos y generar más acciones, hace uso de esa ansiedad para presionarnos a trabajar sin descanso. Es cuando sentimos que todo lo debemos hacer bien, a tiempo y cumplir cabalmente en todas las áreas de la vida; que nada escape a nuestro control.
Es entonces cuando la ansiedad puede tornarse patológica. Ser una respuesta exagerada y generalizada ante aquellas cosas que comenzamos a sentir como una amenaza y que realmente no lo son. En esos momentos los pensamientos y emociones suelen ser confusos, intensos y difíciles de expresar. Evidentemente ello va mermando la calidad de vida y el bienestar día a día.
¿Sufres o aprovechas tu ansiedad?
Sufrimos la ansiedad cuando ésta se vuelve disfuncional
Entonces vivimos situaciones como éstas:
- Hacemos muchas cosas en el día, pero estamos pensando continuamente en otras.
- Nos preocupamos por alguna situación y no podemos concentrarnos en lo que estamos haciendo.
- Estamos nerviosos antes de un proyecto y por ende nos dejamos llevar por el miedo al fracaso.
- No sabemos que sucede, sentimos presión en el pecho y no podemos hablar con nadie.
- Somos puntuales, meticulosos y ordenados como un mecanismo supersticioso, porque creemos que algo malo puede pasar en cualquier momento y preferimos que el orden lo conjure.
La ansiedad es patológica o disfuncional cuando es generalizada, persistente, no proporcional con respecto al estímulo, nos abordan pensamientos irracionales y tenemos conductas recurrentes de evitación o de escape.
¿Cómo aprovechar tu ansiedad y hacerla funcional?
Aprovechamos la ansiedad cuando permite desarrollarnos
Se puede ver en casos como:
- Poder hacer muchas cosas en el día para resolver pendientes.
- Preocuparnos mucho por alguna situación y decidir ocuparnos al respecto.
- Estar nerviosos antes de presentar un proyecto y, por ende, hacer lo posible por que salga bien.
- Podemos hablar con alguien de confianza y aclarar las ideas.
- Ser puntual, meticulosos, ordenados para organizar nuestra agenda y no por temor.
La ansiedad funcional es proporcional al estímulo que la provoca, aumenta la capacidad de respuesta ante situaciones amenazantes, tiene una clara función adaptativa, o implica distorsiones cognitivas.
🚩Riesgos de la ansiedad funcional
Detrás del perfeccionismo, la excesiva motivación, lo organizados y extrovertidos que podemos ser con ella; incluso por muy sobresaliente que se mire en el entorno social, tras de ello puede esconderse otras condiciones:
- Miedo al fracaso
- Querer complacer
- Miedo a no ser dignos
- No poder poner límites
- Sentimiento de culpa al tomar tiempo libre
- Necesidad de control
- Considerar los errores como fracaso
Aunque la ansiedad funcional es positiva, llevarla al extremo puede dejarnos secuelas en la salud mental que muchas veces no contemplamos o consideramos de poca relevancia. Por ello hay que tener en cuenta algunos signos que indicarían que nos estamos excediendo.
Todo ello merma nuestro bienestar y requiere de darnos un tiempo para la recuperación hacia una ansiedad funcional y saludable.
NeuroDOZA te ayuda a lidiar con tu ansiedad
La práctica regular del neurofeedback dinámico puede ayudarte a enfrentar secuelas de esta ansiedad que está latente en tu día a día. Entre sus beneficios:
- Mejor gestión del sueño
- Control de los estados ansiosos
- Mejora de la memoria
- Facilita la focalización de la atención
- Más sensación de clama y relajación
- Disminución de la hiperactividad causada por ansiedad
- Menor irritabilidad e incomodidad
- Más control del dolor
- Mejor gestión del estrés
- Menos sensación de estar abrumado/a
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