Más allá de un goce estético y expresivo, ya sabemos de los beneficios que brinda el arte para el cerebro. El arte, en sus más diversas manifestaciones, tiene efectos neurológicos positivos.

Hoy sabemos que el cerebro está diseñado para disfrutar el arte. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Toronto, la apreciación del arte es un proceso biológico natural para el que nuestro cerebro está diseñado.

Al observar y analizar piezas de arte, se activan numerosas partes del cerebro: las de la memoria, la experiencia emocional, el aprendizaje y la regulación de los movimientos. Según los científicos, se trata de la activación de un sistema distribuido específicamente que nos lleva a pensar que es un diseño predeterminado en la estructura cerebral, lo que hablaría de un cerebro diseñado para la apreciación artística.

De igual manera, cada forma tipo de manifestación artística se encuentra vinculada a activar una parte distinta del cerebro. Así, podemos ver potencializadas capacidades como la resolución de problemas, la memoria y la capacidad de aprendizaje.

La música, por ejemplo, ha permitido en los niños un mejor desempeño en el lenguaje, la comprensión lectora y las matemáticas; asimismo, influye en una mejor postura corporal y mejores respuestas motoras, ya que aumenta las conexiones entre el área sensorial y motora del cerebro, lo que está estrechamente vinculado con la mejora en el flujo sanguíneo.

En el caso de las artes gráficas, hay evidencia de que mejoran la plasticidad cerebral, la capacidad de atención, incluso tienen efectos positivos en el coeficiente intelectual. Además, influyen positivamente en el comportamiento de los niños.

Por su parte, participar en montajes teatrales mejora el vocabulario, el autocontrol, la autoestima, ayuda a la memoria kinésica; ayuda a convertir conceptos abstractos en concretos, mejora el aprendizaje en el área de lenguaje…

La Neuroestética

Estos estudios y análisis sobre los efectos del arte en el cerebro, entre otras cosas, son también producto del trabajo de la neuroestética. Es un campo de la ciencia experimental que tiene como objetivo combinar la investigación psicológica con la estética mediante la investigación de la “percepción, la producción, y la respuesta al arte, así como las interacciones con los objetos y escenas que evocan una sensación intensa, a menudo vinculada con el placer.

Esta disciplina ha permitido también saber, por ejemplo, los cambios en el cerebro en personas con padecimientos neuronales como el Alzheimer se proyectan en cambios en la percepción del individuo y en su correspondiente quehacer artístico. Además, en casos como estos los efectos del arte permiten mejorar las habilidades cognitivas y la memoria.

Asimismo, en el mundo hay más de cien estudios que hacen evidente los efectos positivos del arte en la salud física y psicológica de las personas, especialmente de quienes padecen enfermedades crónico degenerativas.

El arte mejora la plasticidad cerebral

Toda esta experiencia que nos muestra la investigación respecto al arte nos deja claro sus beneficios nuestra calidad de vida y particularmente para el cerebro, pues cada vez que hacemos o creamos algo nuevo se crean nuevas conexiones neuronales. La neuroplasticidad se proyecta en nuestra capacidad de crear y modificar conexiones a través de los años y ello favorece la memoria, el coeficiente intelectual, la atención e incluso la creatividad.

Hay teorías que indican que nuestro coeficiente intelectual depende más en el número de conexiones que tenemos que el volumen de nuestra masa cerebral y el arte es una excelente forma de estimular su creación.

El cerebro humano, que es un órgano complejo en continua reestructuración, agradece los retos y necesita el arte: Jesús C. Guillén

 

 

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