Los beneficios de caminar para la salud neuronal son significativos, especialmente para el cuidado de las funciones cognitivas.
Cuando el médico nos indica que debemos hacer ejercicio físico para mantenernos saludables, generalmente pensamos en un gran esfuerzo, donde medien costosas instalaciones deportivas, se requiera pagar por alguna clase de vestimenta o equipo específico. Sin embargo, hay un ejercicio formidable, que reporta grandes beneficios a la salud y que podemos hacer en cualquier parte con tan sólo unos zapatos cómodos: caminar.
Beneficios de caminar para la salud neuronal
Ciertamente, hacer de la caminata una práctica habitual puede ayudarnos a mantener un peso saludable y perder grasa corporal. También ayuda a prevenir o controlar diversas afectaciones como las enfermedades cardíacas, la hipertensión arterial, el cáncer y la diabetes tipo 2. Igualmente fortalece los huesos y los músculos, aumenta los niveles de energía, mejora el equilibrio y la coordinación, así como fortalece el sistema inmunitario.
A nivel psicológico, caminar también tiene grandes aportaciones: reduce el estrés, mejora el estado de ánimo, mejora el sueño y la memoria. Asimismo, esta actividad brinda mejoría a las funciones cognitivas y logra beneficiar al cerebro de manera significativa.
Sedentarismo daña la neurogénesis
Así es, quien mueve las piernas no sólo mantiene sano el corazón, también mantiene su cerebro en forma. Según una investigación publicada en Frontiers in Neuroscience, la salud neurológica depende tanto de las señales enviadas por los músculos de las piernas al cerebro como la retroalimentación que hay desde el cerebro hasta los músculos.
El estudio observó que los pacientes con enfermedades neuro motoras, como esclerosis múltiple, atrofia muscular espinal y otras neurológicas, suelen deteriorarse más rápido cuando el movimiento del paciente se ve limitado.
Las personas que se encuentran postradas por largo tiempo, debido a estas enfermedades no sólo pierden masa muscular, sino que su química corporal se ve alterada al nivel celular e incluso su sistema nervioso se ve afectado negativamente.
Con el estudio, realizado en ratones, se mostró que el uso de las piernas, particularmente en el ejercicio de soportar peso, envía señales al cerebro que son vitales para la producción de nuevas células neuronales sanas (neurogénesis); esenciales para el cerebro y el sistema nervioso. Reducir el ejercicio hace que sea difícil para el cuerpo producir nuevas células nerviosas.
En el mismo estudio, se analizaron células neuronales individualmente y se descubrió que restringir el ejercicio reduce la cantidad de oxígeno en el cuerpo, lo que crea un ambiente anaeróbico y altera el metabolismo. La reducción del ejercicio también podría tener un impacto en los genes, uno de los cuales (CDK5Rap1) es muy importante para la salud de las mitocondrias: productoras de energía en el organismo.
Caminar incrementa materia blanca del cerebro
Por otra parte, el estudio titulado White matter plasticity in healthy older adults: The effects of aerobic exercise —publicado en la revista NeuroImage — demostró que la materia gris que conecta y sostiene las células de nuestro cerebro— se remodela cuando las personas se vuelven más activas físicamente. En cambio, en quienes permanecen sedentarios, la materia blanca tiende a disminuir.
Es decir, el ejercicio puede refrescar y renovar la materia blanca de nuestro cerebro, lo que podría mejorar nuestra capacidad de pensar y recordar a medida que envejecemos. El estudio demuestra que la materia blanca, que conecta y sostiene las células de nuestro cerebro, se remodela cuando las personas se vuelven más activas físicamente. En cambio, en quienes permanecen sedentarios, la materia blanca tiende a deshacerse y encogerse.
Los resultados subrayan el dinamismo de nuestros cerebros y cómo se transforman constantemente —para bien y para mal— en respuesta a la manera en que vivimos y nos movemos.
Caminata disminuye daño de Alzheimer
Según el estudio realizado por el doctor Cyrus Raji, de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, los adultos mayores que caminan 10 kilómetros a la semana pueden disminuir los riesgos de daño neuronal, los cuales presentarse ante el deterioro cognitivo leve (DCL) y la enfermedad de Alzheimer.
Caminar esta distancia en promedio, puede proteger la estructura cerebral y reducir el riesgo de Alzheimer en cerca de 50%. Por su parte, los individuos que ya presentan la enfermedad pueden preservar su volumen cerebral y reducir el ritmo del deterioro cognitivo y de memoria.
La OMS recomienda caminar 10 mil pasos al día, lo que se traduce en una distancia de siete kilómetros. Es una actividad que. además, mejora el flujo de sangre hacia el cerebro, lo cual aumenta el nivel de oxígeno y nutrientes en las células, que a su vez las ayuda a mantenerse sanas y viables.
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