Las funciones ejecutivas cerebrales con frecuencia se ven afectadas por condiciones neuronales y padecimientos como el TDAH; mas no siempre es entendido con claridad el concepto y de qué clase de funciones cerebrales estamos hablando.

Este término fue acuñado en los años 70 por Karl Pribram, cuyas investigaciones indican que las funciones ejecutivas están reguladas por el córtex prefrontal del cerebro. Ésta es un área cerebral vinculada con actividades como expresión de la personalidad, los procesos de toma de decisión y la adecuación del comportamiento social adecuado en cada momento.

Cuando hablamos de funciones ejecutivas, hoy en día es adentrarse a terrenos de psicología y también de educación, donde éstas se vinculan a estrategias de enseñanza y adaptaciones del estudiante al entorno del aula; pero también son un campo de estudio de las neurociencias que las analizan de forma integral desde el terreno neuronal propiamente hablando.

Hasta ahora, se conocen cuatro circuitos correspondientes a esta área cerebral que se relacionan con el funcionamiento ejecutivo:

  1. El circuito “Qué” está vinculado a la memoria de trabajo, por lo que es aquí donde lo que pensamos comienza a guiar lo que hacemos. Esto se trata de planes, objetivos y nuestro pensamiento a futuro.
  2. El circuito “Cuándo” es el que controla el tiempo en el cerebro: no sólo coordina la tranquilidad del comportamiento y la secuencia de la conducta sino también la puntualidad de las acciones y cuándo se hacen ciertas cosas. 
  3. El circuito “Por qué” está vinculado a nuestras emociones: es donde lo que creemos controla cómo nos sentimos, y viceversa. Es quien toma la decisión final en todos nuestros planes. Cuando pensamos en varias cosas que podríamos hacer, éste es el circuito que acaba eligiendo entre las opciones, basándose en lo que sentimos acerca de ellas y en sus propiedades emocionales y motivacionales.
  4. El circuito “Quién” Es donde tiene lugar la autoconciencia – donde somos conscientes de qué hacemos, cómo nos sentimos (tanto interna como externamente) y qué nos está sucediendo.

En términos generales, las funciones ejecutivas se refieren a las capacidades cognitivas o mentales que las personas necesitan para perseguir sus objetivos activamente y qué habilidades mentales necesitamos para lograrlos.

Asimismo, las funciones ejecutivas están relacionadas con la autorregulación, es decir el control que un sujeto realiza sobre sus pensamientos, acciones, emociones y motivación a través de estrategias personales para alcanzar los objetivos.

Esto depende de habilidades particulares que son:  

  • Autoconciencia: atención autodirigida.
  • Inhibición: autocontrol.
  • Memoria de trabajo no verbal: la capacidad de retener cosas en la mente y proyectarlas también en la imaginación.
  • Memoria de trabajo verbal: discurso interno (monólogo interior).
  • Autorregulación emocional: usar las cuatro funciones anteriores y usarlas para adecuar el estado emocional propio. Aprender a procesar y alterar lo que sentimos.
  • Automotivación: encontrar elementos para sentirse motivado para realizar tareas cuando no hay una consecuencia externa inmediata.
  • Planificación y resolución de problemas: combinar la información en la mente para innovar soluciones.

En el caso de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), dependiendo del circuito que esté más o menos afectado, se pueden ver diferentes tipos de síntomas en cada persona y consecuencias que alteran estas habilidades básicas.

Con TDAH se tendrán dificultades con todas o la mayoría de estas funciones ejecutivas. Los problemas de inhibición, por ejemplo, llevan a acciones impulsivas; mientras, los problemas de regulación emocional podrían conducir a comportamientos agresivos o rabietas inapropiadas; etc. El TDAH es un trastorno que merma las funciones ejecutivas, no sólo en términos de atención.

Las funciones ejecutivas se desarrollan en orden cronológico. Las personas con TDAH generalmente llevan entre un 30 y un 40 por ciento de retraso en comparación con quienes no tienen el trastorno, por lo que podrían tener problemas para lidiar con situaciones propias para su edad: piensan y actúan como personas más jóvenes.

Estos signos, propios de quien padece TDAH, podrán dar alerta a los padres y/o cuidadores para una detección temprana del trastorno y así obtener la ayuda pertinente de manera oportuna y ello pueda lograr las adaptaciones y el tratamiento adecuados, para aprender a usar lo que saben y fortalecer sus funciones ejecutivas a lo largo del tiempo.

TDAH y Neurofeedback dinámico  

El sistema de Neurofeedback dinámico NeurOptimal® empleado en NeuroDoza permiten enfocar la atención, algo fundamental para cambiar los pensamientos, emociones y acciones obteniendo resultados diferentes y más satisfactorios según los objetivos que marcados.

Su enfoque es esencial para mantener la claridad sobre las metas que se buscan alcanzar, sus beneficios permiten:

  • Decidir de manera correcta 
  • Toma de decisiones de manera estratégica 
  • Dirigir el tiempo, energía y pensamientos para lograr el reto establecido 
  • Desarrollar la habilidad de concentración 
  • Evitar la dispersión 
  • Centrarse para obtener los mejores resultados 
  • Rendir a alto nivel 

Asimismo, el neurofeedback dinámico puede proporcionar: motivación, control emocional y control de impulsos. 

NEURODOZA | CITAS

 

 

 

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