9 Diferencias entre el TLP y la Bipolaridad que permitirán distinguir cada padecimiento y dar lugar a un diagnóstico más preciso y oportuno

Recientemente hablamos del Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), así como también hemos hablado del trastorno de bipolaridad, dos condiciones neuronales que podrían generar confusión y, con ello, un inoportuno diagnóstico e ineficaz abordaje.  

Consideremos que ambos, tanto el TLP como la bipolaridad, son condiciones que alteran la vida emocional de quienes lo padecen modificando su estado de ánimo de forma variable. El Trastorno Bipolar es caracterizado por la presencia de uno o más episodios maníacos o hipomaníacos, que pueden ser antecedidos o seguidos de un episodio depresivo. 

Por su parte, el Trastorno Límite de la Personalidad se caracteriza por un patrón de comportamiento en el que domina la inestabilidad afectiva, emocional y relacional, junto con un elevado nivel de impulsividad.  

Las personas que padecen estos trastornos manifiestan síntomas como elevada impulsividad, irritabilidad y un patrón de relaciones superficial (al menos en algunos momentos). La coincidencia más importante es la elevada labilidad emocional, cambiando rápidamente de un estado emocional a otro. 

Pero será la observación de las diferencias las que procuren un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno.  

Diferencias entre el trastorno límite de la personalidad y el trastorno de bipolaridad 

1. Euforia 

Aunque en ambos trastornos la volatilidad emocional es una característica, así como la experimentación de emociones intensas. En el caso del Trastorno Bipolar se puede hacer evidente a estados maníacos relacionados con un ánimo eufórico que no aparece en el TLP.  

2. Estabilidad en los Cambios de Animo 

Los cambios de ánimo en el TLP suelen ser menos duraderos y suelen ser reactivos a una situación vital, especialmente el abandono o el rechazo. En el caso del Trastorno Bipolar los episodios depresivo y maníaco pueden ser más estables y duraderos. 

En el caso de alguien con TLP los cambios de ánimo pueden variar a lo largo del día, en el caso del Trastorno Bipolar los episodios pueden permanecer por días.  

3. Impulsividad 

El nivel de impulsividad es estable y constante en los casos con TLP, mientras que en el Trastorno Bipolar aparece solo en la fase maníaca. 

4. Empatía y Vacío 

Las personas con TLP tienen sentimientos crónicos de vacío, mientras que esto no se hace presente en la bipolaridad. Las relaciones de quien vive con TLP son más empáticas, mientras que en la bipolaridad se suele ser indiferente al otro.  

5. Contacto con la realidad 

En los casos graves de Bipolaridad se puede perder el contacto con la realidad, situación que no sucede en casos de TLP.  

6. Periodos asintomáticos 

Las personas que viven con TLP tienen alteraciones del estado de ánimo constante, no presentan periodos asintomáticos. En los casos del Trastorno Bipolar, pueden existir periodos libres de síntomas más o menos prolongados.  

7. Motivo del cambio de estado de ánimo 

Los cambios en el estado de ánimo que se presentan en uno y otro caso tienen motivos diferentes. Mientras que en el Trastorno de Bipolaridad los episodios tienen lugar por alteraciones neuroquímicas, en el caso del TLP tienen que ver con el estrés psicosocial, las relaciones interpersonales y las vivencias que tienen quienes lo padecen. 

8. Autoestima 

Al recibir un diagnóstico de cualquiera de estos dos trastornos, la autoimagen se verá deteriorada; sin embargo, en el caso del TLP la autoestima suele disminuir. Los pacientes con trastorno límite de la personalidad suelen tener una muy mala opinión de sí mismos, a menudo sintiéndose impotentes y sin valor. 

Las personas con Trastorno Bipolar durante los episodios maníacos suelen tener una autopercepción elevada, con una autoestima poderosa. Por el contrario, en fases depresivas el estado de ánimo y la autovaloración de sí mismos suele estar muy disminuida. 

9. Tratamiento 

Finalmente, una diferencia más entre el TLP y la Bipolaridad es el abordaje terapéutico. En el primer caso suele ser la psicoterapia la que regule al paciente, mientras que la Bipolaridad requiere un tratamiento farmacológico.  

Aunque en ambos casos el uso de neurofeedback dinámico puede ser muy útil para lograr mayor efectividad en los tratamientos psicológicos y médicos además de beneficios como:  

  • Cambio en la regulación de las emociones.  
  • Alteración positiva en la variabilidad de la frecuencia cardíaca después del entrenamiento. 
  • Cambio en la respuesta de la amígdala en la tarea de la memoria de trabajo emocional.   

Recordemos que el objetivo de neurofeedback es entrenar al cerebro a largo plazo, lo que ayuda a organizar el funcionamiento del cerebro, para conseguir que los circuitos neuronales que no están funcionando de forma óptima puedan funcionar mejor. 

 
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