Saber estas 7 claves de cómo cuidar el cerebro de los niños nos da la pauta para promover el desarrollo integral de la persona desde la infancia, pues el sistema nervioso —capitaneado por el cerebro— es el origen de todo lo que somos.

El desarrollo y madurez del cerebro humano empieza en la etapa embrionaria y termina en la juventud, y en cada etapa lo ideal es generar condiciones y experiencias que permitan el mejoramiento e incremento de conexiones neuronales, las cuales son base del desempeño cognitivo, emocional, e incluso instintivo, propio del individuo.

No obstante, a la medida en que envejecemos las funciones cerebrales se van deteriorando, pero —afortunadamente— este proceso se puede retrasar con acciones que beneficien al cerebro y que conviene implementar desde temprana edad, a partir de hábitos y acciones saludables de mantenimiento, así como el entrenamiento neuronal que promueva el surgimiento de nuevas neuronas y las correspondientes conexiones entre éstas.

Claves del cuidado del cerebro infantil

Si se fomentan conductas y hábitos saludables para el cerebro desde temprana edad, se puede aumentar las posibilidades de que las conexiones neuronales sean más eficientes y retrasar su deterioro en la edad adulta. Aquí algunas cosas que podemos hacer para ello:

1. Afecto

Manifestar afecto a las personas desde los primeros años de vida ayuda al individuo a tener un crecimiento y maduración apropiada en estos tres niveles:

  • Cerebro Primitivo (es el responsable de los instintos básicos como comer o dormir).
  • Cerebro Emocional (es el que busca afecto).
  • Cerebro Racional (se desarrolla la capacidad intelectual).

Ante la falta de afecto alguno de estos niveles no se desarrolla adecuadamente, lo que impide la óptima maduración y puede generar dificultades emocionales e intelectuales en la persona.

2. Autosuficiencia

Aunque el cerebro del niño requiere afecto, también necesita que sea expuesto a retos e incluso a fracasos. Los padres no deben evitar el sufrimiento ni la frustración a los niños; por el contrario, deben motivar la autosuficiencia del individuo.

Al respecto, la ciencia nos ha dejado ver que ante un reto o situación nueva se activan dos estructuras en el cerebro: por un lado, la amígdala (que es la responsable de que tengamos miedo) y, por otro, la corteza prefrontal (que nos prepara para afrontar el reto y entrar en acción). Si al niño se le resuelve el problema sólo se le deja con el miedo (la amígdala) y minará la acción de la corteza prefrontal impidiéndole el desarrollo de habilidades para resolver problemas.

3. Ejercicio

Tan benéfico para otras áreas del desarrollo, el ejercicio físico es un hábito a fomentar en los niños para favorecer al cerebro. Y es que el cerebro requiere el 33% de oxígeno que respiran nuestros pulmones, para que esta cantidad de oxígeno circule correctamente en el organismo necesita un corazón fuerte y sano que bombee. Así el ejercicio físico logra una correcta oxigenación cerebral.

4. Nutrición Neurosaludable

Así como es importante el ejercicio para todos, una adecuada alimentación que nutra el cerebro tiene gran relevancia en el desarrollo de los niños. Una dieta equilibrada que incluya todos los grupos alimenticios, pero especialmente omega-3 y antioxidantes; y que limite el consumo de azúcares refinadas y alimentos procesados e industrializados ayuda a los niños a aumentar la memoria y la concentración, así como mejora la agilidad mental.

5. Sueño

Si el cerebro aprovecha las horas de sueño para consolidar la memoria y hacer su rutina de mantenimiento, lo ideal será que los niños tengan hábitos de sueño adecuados. Los niños deben dormir un promedio de 8 horas diarias.

Hoy conocemos bien el deterioro que puede sufrir el cerebro cuando el individuo no duerme y descansa lo suficiente, desde el incremento de los niveles de estrés (sí, los niños también se estresan) hasta disminución del tamaño del cerebro. Por lo que al respecto el padre debe establecer correctamente el sueño como una prioridad en la crianza del niño.

6. Gestión del estrés 

Como se ha dicho previamente, el estrés también puede afectar a los niños, y ello por diversos motivos. Los niños padecen estrés tanto por vivir en un ambiente tenso en el seno familiar como por motivos escolares, e incluso por una agenda repleta de actividades extraescolares, a las que sometemos a los niños para que se mantengan ocupados mientras los adultos hacen “sus cosas”.

Habrá que dejarlos jugar más, tener tiempo libre para fomentar la creatividad y el sentido lúdico, tan importante para el cerebro.

7. Paciencia

Estudios afirman que una de las variables cognitivas que predicen la capacidad de un niño de alcanzar sus metas es la capacidad de saber esperar. Dejemos de darles todo en cuanto lo piden, ayudémosles a gestionar la frustración y a saber esperar, a tolerar los obstáculos, etc.

Entrenamiento con Neurofeedback dinámico

Asimismo, para ayudar a los niños a mejorar en temas como la concentración, la memoria y la atención, entre otros aspectos, hoy en día los padres cuentan con valiosas herramientas como la técnica de Neurofeedback dinámico que ayuda en casos de variaciones de la conducta, el rendimiento escolar, los casos de TDAH y otras dificultades de atención y concentración, así como fomentar los niveles de creatividad.

NeurOptimal® neurofeedback dinámico, entrenamiento personal y profesional en NEURODOZA. 

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